Padre, madre, ¿quiere usted que sus hijos sean buenos, triunfen en su vida y se salven? San Antonio María Claret dice que el catecismo preserva a los niños "del error, del vicio, y de la ignorancia, y los forma en la virtud". ¿Quiere usted que sus hijos fracasen y se pierdan? No. Entonces no descuide su catecismo.

El catecismo es la crema de la Biblia, es el néctar, el jugo de la Palabra de Dios. El catecismo en pocas páginas enseña lo más importante de la Biblia, enseña todo lo que debemos creer, la Fe, el Credo; lo que debemos hacer o evitar, los Mandamientos, y cómo debemos santificarnos y recibir el Espíritu Santo, los Sacramentos, y la Oración. El Catecismo es un eficaz "remedio a la plaga de la ignorancia religiosa, raíz verdadera de nuestros males", decía el Papa Catequista San Pío X.

La Biblia enseña que la ignorancia de las cosas de Dios es el peor de los males. ¿De dónde viene que "la mentira y la maldición, el homicidio y el robo, el adulterio lo inunden todo; y que una maldad alcanza a otra, sino que no hay ciencia de Dios sobre la tierra" (Oseas 4, 1). Dios mismo afirma que un pueblo decae y perece por falta de conocimiento religioso (Oseas 4, 6).